PRIMAVERA COVID
- Laura Fariña
- 24 jun 2020
- 1 Min. de lectura
Llegó la primavera, y ya ha pasado.
Una primavera diferente.
La nueva frecuencia en el paso de mi tiempo, me ha permitido ver flores convertirse en fruto, despacito, día a día. He vivido cómo la algarabía de los pájaros y de los enjambres de abejas en el mes de abril, fue mudando hacia un tempo más lento y cansado, hasta casi desaparecer ante la llegada del verano.
Hasta este momento de mi vida sólo había percibido la irrupción y despedida de la primavera a modo de flashes fotográficos; sin saberlo, me estaba perdiendo su mensaje o su esencia.
Pensaba que conocía las flores, los pájaros y las abejas, pero nunca los había visto como hasta ahora.
Todos ellos hicieron lo de cada año. Pero este año yo pude ver, oler y sentir en adagio. Sólo este año puede escucharlos de verdad.
Lo que más me hace reflexionar de esto, es que no tenía ni idea de lo que me perdía, y no sólo eso, sino que pensaba que no me estaba perdiendo nada porque conocía algunas instantáneas de todo un proceso equilibrado y mágico. ¡Qué equivocada estaba!
Pienso cuántas veces nos pasa esto con las personas. Cuántas veces nos parecerá que hemos visto y escuchado, pero en realidad no hemos podido ajustarnos al ritmo necesario para ello.
Sin duda, si hay algo en lo que podemos pasar la vida, es aprendiendo a escuchar.

Comments